Claqueta Quemada un blog de cine para comunicadores audiovisuales Claqueta Quemada: enero 2013

jueves, 31 de enero de 2013

oportunidades

Clarice Starling se encuentra  a oscuras en las habitaciones de una casa. Un hombre (Buffalo Bill) la mira con lentes de visión nocturna. Le apunta un arma de grueso calibre justo en la nuca. Echa atrás el gatillo, el que hace su sonido leve y característico. Clarice, gracias al riguroso entrenamiento que le ha dado el bureau, escucha el sonido, se da vuelta junto con su arma de fuego y dispara hacia la oscuridad. Los disparos rompen una ventana por la que entra la luz de la mañana. Clarice ha salvado por un pelo, mientras Buffalo Bill yace en el suelo, con los pulmones perforados y a pocos segundos de morir.


Hay momentos en la vida en donde nos jugamos todo, donde, como Dorothy (de "El Mago de Oz"), nos encontramos en una encrucijada y debemos decidir hacia donde ir. Son esos momentos "dolly zoom effect", esos donde la cámara nos enfoca solamente a nosotros, donde estamos inmersos en la angustia, porque sabemos que ese momento es el único que cuenta.





Alguien dijo que si no habías hecho nada memorable antes de los 22 años, pues nunca lo harías. Te conviertes en uno más del montón. Ya no serás Mark Zuckerberg, no recorrerás Estados Unidos. Si crees ser poeta y a las 22 no tienes unos dos libros escritos, si no tienes la estima de ningún escritor importante, simplemente abandona. Cuando tengas 35 entenderás todo, pero tu vida será distinta, el momento "dolly zoom effect" será como el suceso en un sueño que olvidarás poco a poco
En la ficción del cine y la literatura, podemos volver una y otra vez a ese evento, podemos desarrollarlo y vivir la vida que devendría luego de una decisión corajuda que tan pocos tiene la capacidad de hacer.
En Peggy Sue Got Married, Kathleen Turner retrocede en el tiempo ( a los días de la escuela secundaria) y tiene varias semanas para enmendar los acontecimientos que le provocarán un muy triste presente, a los 40 años. No lo logra. Ni siquiera en la ficción se puede. Tal vez sí puedas pegarle un puñetazo a aquel tipo o tipa que tanto se lo merecía, tal vez buscarás conocer a aquellos que simplemente pasaron por tu vida despertando curiosidad, pero que nunca te atreviste a decirles cualquier cosa.


En este preciso instante, tal vez tengas un insight, un instante de serendipia que hará que entiendas. Anótalo con las palabras exactas. 
En Planet Terror, dos mujeres a punto de ser asesinadas: La estriptisera Cherry Darling le habla a la doctora Dakota Block sobre el "talento inútil nº 66" (estirar el cuerpo hasta que, de espaldas al suelo, logras levantarte con manos y pies, como una araña). Block le dice:

Hay un momento en la vida donde encuentras un uso para cada talento inútil que tengas...ya sabes, como unir puntos
Cherry: No soy tan optimista. Me siento como si fuera cayendo por una espiral, sin poder salir de ella.
Dakota: Cuando te encuentres atrapada en esa espiral...sólo estírate.







jueves, 24 de enero de 2013

El bebé de Rosemary o por qué no hay que tentar a la suerte

La película mencionada en el título y dirigida por Roman Polanski es una de esas cintas con una filmación tan perturbadora como la historia contada. Aunque la historia es, para los estándares actuales, bastante delicada y agradable de ver.
Esta película pasó a la historia por ser un  muy buen ejercicio de suspenso y terror sicológico y también por el aura intoxicante que la rodea.

Se han dicho tantas cosas sobre esta película, tan variadas, misteriosas y extravagantes  que no sabría pro cual empezar. Tal vez para seguir un orden, habría que comenzar por el lugar de filmación: el edificio Dakota, uno de los sets naturales más célebres, junto con el hotel Chelsea. Entre todos sus inquilinos famosos (que son varios) uno que destaca es  Aleister Crowley, un muy connotado ocultista. Crowley no era el tipo de chamán simpático y bonachón (como Alejandro Jorodowsky, nuestro popular compatriota). La literatura y la prensa se han encargado de propalar pestíferos rumores sobre su persona: Que era  satanista, que hacía fiestas donde los ingredientes principales eran el láudano y el opio, además de relaciones orgíasticas en toda sus variedades posibles, incluido el incesto.
En la película se menciona a otro (aunque ficticio) habitante del edificio: Adrian Marcato, uno de los primeros ocupantes del inmueble, célebre por organizar misas negras con asesinatos de niños. Tal vez nunca sepamos que hay de cierto en si Crowley y Marcato consituían reflejos especulares conjurados por la película o si Polanski utilizó la leyenda de Crowley para crear el personaje...aunque el libro en el que se basa el guión lo escribió Ira Levin.
Lo cierto es que muchos afirman que el satanismo es sólo una burla de un grupo de ateos fanáticos de Nietsche, a los cuales, como todo ateo, les encanta escandalizar a sus detractores cristianos (cosa bastante fácil). Pero concebir así a los satanistas le quita todo su diabólico encanto...no es el macho cabrío dentro del pentáculo sólo la representación del dios Baco? ¿No fueron las primeras brujas las dionisiacas? ¿No se enseñaron con ellas los inquisidores sólo porque celebraban un verano eterno en una época terrible y oscura?
Otro personaje asociado a la película y que está instalado en la tradición del horror estadounidense es Anton Zsandor LaVey, fundador de La Iglesia de Satanás y autor de La Biblia Satánica (además de fan de Crowley). ¿Fue LaVey asesor de la película en la escena donde Rosemary Woodhouse concibe al Anticristo? ¿Hizo un breve cameo como (nada menos) Satanás? El documental Charles Manson Superstar asegura que sí, pero Wikipedia dice que no ¿Que no mucha gente considera a Wikipedia un montón de textos apócrifos y engañosos?

El ardiente 1969 en Los Ángeles. La muerte oculta tras las palmeras.


LaVey odiaba a los hippies y, según el documental sobre Manson, aquel habría hecho un ritual mágico para maldecir el movimiento hippie. Al día siguiente de la invocación, un 8 de agosto de 1969, un grupo de jóvenes drogadictos pertenecientes a la secta La Familia, siguiendo las órdenes de Charles Manson, irrumpieron en una casa ubicada en Los Ángeles y asesinaron salvajemente a, entre otros...Sharon Tate (la esposa del Roman Polanski, el director de El Bebé de Rosemary). Los medios siempre han considerado a  los asesinatos de la familia Manson como los clavos sobre el ataúd de la revolución de las flores. Vaya hechizo el de LaVey.
¿Por qué tantas coincidencias? ¿Todo esto sólo son correlaciones espurias puestas en orden por reporteros mediocres y sensacionalistas? Los norteamericanos aman las conspiraciones y el edificio Dakota, para ellos, no puede ser otra cosa que una especie de portal al infierno. Allí fue asesinado John Lennon, el principal amigo de los hippies, esos ingenuos carne de sectas.
No podía faltar en esta telaraña siniestra un libro aún más peligroso que la biblia de satanás o el manual del anarquista: El Guardían Entre El Centeno, la novela escrita por David Jerome Salinger; es un libro en apariencia inocente, pero en manos equivocadas (John Hinkley Jr, Ted Kascinsky, Mark David Chapman, entre otros) se convierte en el libro del Apocalipsis. Ya lo supo John Lennon, cuyo asesino leyó este libro hasta convertirlo en otro Helter Skelter (canción de Los Beatles que "inspiró" a Manson).
Ficción y realidad. Alguna de ellas comienza antes que la otra, se llaman mutuamente, convierten una película en crónica roja.
Rosemary Woodhouse...¿realmente los satanistas la utilizaron para ser la madre del Anticristo? ¿no habrá imaginado todo aquello, no habrá sido sólo un intensísimo delirio? En la primera temporada de la serie American Horror History, una medium le explica a una de las protagonistas que al recién electo Papa, inmediatamente después de ser elegido, se le revela el mayor secreto de la cristiandad: La identidad del anticristo, demonio devenido en hombre, engendrado por el auténtico príncipe de las tinieblas, el que usa a una humana para concebirlo.
Nadie duerme tranquilo en Los Ángeles y menos en la calle Cielo Drive, en el sector de Benedict Canyon. No sea que otro chalado, sobreviviente apenas en la perturbada sociedad estadounidense  lea un libro, escuche una canción y descubra cosas que nadie debe descubrir. Tal vez el  demonio esté esperando en alguna canción, libro, esperando el verano, esperando que alguien lo despierte.

miércoles, 9 de enero de 2013

El indiscreto encanto de Alfred Hitchcock


He visto algunas películas de sir Alfred. Las que más me gustan son aquellas a color, hechas en la década del 50. La decoración es exquisita y me recuerda a las ilustraciones de la Enciclopedia Monitor y a Edward Hooper. Las mujeres son encantadoras, con ese maquillaje, esos colores vivos de mujer decente, pero audaz. Los trajes impecables de diseñador, los hombres guapos, viriles y comedidos, los muebles, los tapices. Nunca vi a James Stewart tan galán, tan seguro de sí mismo, aunque en Vértigo estuvo a centímetros de volverse loco.


Me encanta Hitchcock, porque es un guarro encorsetado en su época, corsé que sacó lo mejor que él. Lo hizo crear  cine para adultos, pero cubierto por un caro envoltorio. Ahora entiendo por qué sus discípulos más fieles (Brian de Palma y Paul Verhoeven) crearon a las guarrísimas Holly Body y Catherine Tramell. Las chicas Hitchcock fueron las mujeres con más estilo (y sexualmente bastante osadas para la época), su apariencia y comportamiento eran deseables incluso para las propias mujeres, capaces de todo por ese hombre o por aquel collar de diamantes.
La guarrísima Holly Body

Catherine Tramell, una mujer de cuidado


Más guarrerías de don Alfred: Incesto, homosexualidad, necrofilia, asesinatos, mirones, sadomasoquismo, todo ello sufrido y disfrutado con sólo una pizca de culpa para así contentar al censor.
Fumarse un porro y ver a Hitchcock. Creerse Madeleine Elster y correr toda sexy y  angustiada (con su traje dos piezas y sus guantes) hacia la torre del  campanario. Teñirse rubia y comprarse todo ese carísimo maquillaje sólo para complacer a un hombre. Matar a un muchacho sólo para desafiar a un profesor que en secreto admiramos y deseamos.
Madeleine Elster (Vértigo)

 ¿Y si Marilyn Monroe hubiera filmado con Sir Alfred? Adoro a Hitchcock. Es un sucio, pero tiene el mejor gusto.

Pd: Sin duda, uno de los grandes homenajes a Alfred Hitchcock lo hizo el grupo Faith No More, con el video de su canción Last Cup of Sorrow, donde Jennifer Jason Lee se luce, como siempre.